Monumento a Scott

Edimburgo no se olvida de uno de sus ciudadanos más ilustres. Y no es para menos. Walter Scott supuso un antes y un después para la literatura británica del siglo XIX. Por ello, tras el fallecimiento del escritor en 1832, se trabajó rápidamente para que su recuerdo fuese imborrable. Y fruto de este deseo se acabó erigiendo un monumento único que en la actualidad es uno de los imprescindibles de Edimburgo. ¡Vamos a conocerlo más a fondo!

El tiempo que se tardó en finalizar el monumento choca a muchas personas, que se pregunta cómo un monumento dedicado a la figura de una persona puede llevar tanto tiempo. El caso es que, siendo el protagonista principal de la obra, Walter Scott está acompañado de una estructura de 61 metros de altura, que lo convierten en el más alto del mundo si tenemos en cuenta este tipo de construcciones.

El monumento a Walter Scott lo forma una alta torre de estilo gótico. En la parte superior de la misma se ven un total de 64 figuras que aparecían como protagonistas en las novelas del escritor. Además de esto, seguro que llama mucho tu atención el color negrizo de las piedras con las que se construyó el monumento. Ubicado cerca de la Ciudad Vieja, la industrialización y el humo de las fábricas son los responsables de ese color oscuro.

Pese a todo, el monumento ha sabido mantenerse como uno de los grandes atractivos de la ciudad. De hecho, muchos son los que aseguran que el color de su fachada es el que le hace realmente bello. Y para suerte de todos, se puede subir a su parte más alta. ¿Cómo? ¡Te lo contamos justo debajo!

Eso sí, ten claro que te tocará sudar, al menos un poco, antes de llegar arriba. Cuatro niveles y 287 escalones separan el suelo de la parte más elevada del monumento. Su final en aguja, que es donde están esculpidos los 64 personajes de las novelas que os decíamos anteriormente, hace que conforme vayas ascendiendo, las escaleras sean cada vez más estrechas e inclinadas. No sabemos si con esto os estaremos echando para atrás, esperamos que no, pero sí podemos deciros que llegar arriba lo compensa todo. El centro de Edimburgo como nunca antes lo habías visto.

Cuando llegues a la parte más elevada del monumento a Scott comprenderás que pocos lugares existen con unas vistas tan bellas. Además, el interior del monumento os contará la vida y obra de Walter Scott a través de sus obras más conocidas. ‘Rob Roy’ o ‘The Heart of Midlothian’ son solo algunos de los ejemplos que os podemos anticipar. El resto tendréis que descubrirlos vosotros mismos cuando lo visitéis. ¡No os lo podéis perder!