Edificio de la Bolsa

Frankfurt siempre ha sido un centro de comunicación y negocios. En el siglo XII se celebraban ferias medievales de gran relevancia y en el XVI ya era una ciudad muy rica donde se ejecutaban importantes transacciones y se cerraban relaciones comerciales y monetarias.

Con el paso de los siglos y fruto del crecimiento de este ajetreado y complejo volumen de comercio, en 1585 se creó la Bolsa de Valores de Frankfurt.

En nuestras visitas guiadas por Frankfurt conoceremos más de la vida en este edificio y además podremos descubrir sus historias y sus curiosidades como, por ejemplo, que debido a los 43 metros de altura de su cúpula, los alemanes han bautizado la Bolsa de Frankfort como “Kapitalistendom”.

Centro Financiero

La prosperidad económica fue uno de los factores decisivos para poner en marcha la Bolsa de Frankfurt. Sin embargo, no siempre se vivieron épocas de bonanza. La Primera Guerra Mundial afectó de manera severa a la Bolsa de Frankfurt. La crisis económica de 1930 no mejoró la situación. De hecho, en 1931 la Bolsa de Valores de Frankfurt tuvo que cerrar sus puertas de forma provisional.

Con la reforma de la bolsa en 1935, en plena Alemania Nazi, la Deutsche Börse se recuperó y aumentó muy rápidamente. En esta línea, el fin de la Segunda Guerra Mundial y la división de Alemania fueron dos eventos que marcaron el devenir de la Bolsa de Frankfurt y contribuyeron a que se convirtiera en la más importante del país.

También a partir de ese momento la ciudad atrae a inversiones nacionales e internacionales y se convierte en la sede del Banco Central Europeo y de diversos institutos financieros de Alemania.

Símbolos de la Bolsa de Frankfurt: la Estatua del Toro

El edificio de la Bolsa de Frankfurt es de estilo neoclásico. Una de las cosas que más nos va a llamar la atención en nuestra visita, va a ser la estatua del toro que hay frente al edificio, y que tanto recuerda a la famosa escultura frente a la bolsa de Nueva York. La diferencia entre ambos toros es que el de Frankfurt también está acompañado por un oso.

Ambas esculturas representan los diferentes movimientos y tipos de inversores que se producen en el mercado bursátil:

• El toro representaría los momentos de alza en la Bolsa de Valores, esos buenos tiempos con subidas del mercado con inversores más bélicos que apuestan grandes cantidades.
• El oso sería el inversor vendedor que no se muestra tan confiado con la situación del mercado y, por lo tanto, hace referencia a los momentos en los que la bolsa baja.