Carmen de los Mártires

Todo el conjunto del convento fue destruido en 1842 tras pasar por un abandono constante desde la invasión napoleónica y la Guerra de Independencia. En 1845, el general y banquero Carlos Calderón adquirió las ruinas y construyó el actual palacete. A finales del siglo XIX lo comprará el financiero belga Humbert Meersmans de Smet, quien diseñará finalmente los jardines actuales. Este hombre fue un personaje increíble, amigo entre otros de Manuel de Falla y Federico García Lorca.

Así, el Jardín Carmen de los Mártires es Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1943.

Quizá el momento más controvertido que atravesó el Carmen de los Mártires fue cuando en los años 70 los granadinos estuvieron a punto de verlo convertido en un hotel. Una marea popular se opuso a ello, y lo logró. En 1986 se restauró para el disfrute de los visitantes. Gracias a ello, ha sobrevivido uno de los jardines históricos más importantes de España, y seguramente el mejor conservado de su categoría del siglo XIX.

Su dilatada historia nos ha dejado un oasis idóneo para relajarnos, descansar y caminar, dar de comer a los patos o ver pasar a los pavos reales. Por todo ello, también es uno de los mejores sitios a los que acudir si buscamos planes en Granada con niños.

El huerto

Originariamente, a finales del siglo XVI, el Convento de los Carmelitas Descalzos contaba con un huerto. Dicho convento se demolió en el año 1842, pero el huerto se restauró manteniéndose en el tiempo hasta el día de hoy, cuando podemos disfrutar de él gracias a una reproducción que respetó las numerosas especies medicinales y aromáticas como tomillo, romero o lavanda, que los carmelitas utilizaban durante su estancia.

Por los jardines paseaba San Juan de la Cruz, poeta que pasó su tiempo plantando árboles, ayudando a desarrollar los jardines y a construir, con la ayuda de su hermano, un acueducto que, todavía hoy, trae agua desde El Generalife. Al final del huerto, se construyó un cenador con caña de Motril.

Isla del lago

Esta zona está rodeada por un estanque, en el cual habitan diversas aves como cisnes negros. Diversos árboles y arbustos como palmeras o cañas de bambú bordean el agua. Aquí está uno de los árboles más singulares del Carmen, el árbol de las pelucas, denominado así debido a sus frutos, que en verano y otoño tienen aspecto de cabellos que sobresalen por las hojas.

La primera plantación, que tiene 150 años de edad, mantiene flora como carpes o madroños, pero sin duda uno de los árboles más históricos es un ciprés llevado desde México desde hace más de 500 años. El gran impulsor del estado y configuración actual del Carmen fue Hubert Merrsmans, que lo adquirió en el año 1891. Él dotó al Carmen de fuentes, esculturas y frondosa vegetación. También convirtió el estanque en un lago de cisnes. El lago destaca por la silueta de un torreón en ruinas desde el que, subiendo por una escalera en espiral, se ofrecen unas espléndidas vistas del Carmen y los alrededores.