Trevélez
Es complicado establecer los orígenes de Trevélez. Hay mucha confusión al respecto, pero lo que sí tenemos claro es que se trata de uno de los pueblos más bonitos de la Alpujarra de Granada. ¡Y también de los más sabrosos! ¿O es que no conoces el Jamón de Trevélez? Pero aquí hay mucho más. Casas, iglesias, fuentes, naturaleza y calles inundadas con el aroma de su gastronomía. ¿Nos vemos por allí?

¿Sabes que estar en Trevélez es encontrarte en el municipio más alto de toda la Península Ibérica? Se encuentra a 1.480 metros de altitud, una elevación que asciende hasta los 1.600 metros en el Barrio Alto. ¡Imagina qué vistas! Por algo desde el neolítico todas las civilizaciones han decidido asentarse por allí. Bueno, también suma el estar a semejante altura, que te permite vigilarlo todo. Eso pensarían los romanos cuando llegaron.
Y de la influencia de Roma a la árabe, la verdadera culpable del desarrollo del municipio. Los sistemas para el regadío, los diferentes barrios en los que se se divide el pueblo, la forma en la que están construidas sus casas o el trazado de sus calles te harán sentir como en la época de Al-Ándalus. La toma de Granada por los cristianos no llegó a Trevélez de forma inmediata. De hecho, en 1568, muchas tropas moras se alzan contra los cristianos, a los que se enfrentan en la Guerra de la Rebelión, que se prolonga hasta 1572.

Tras la victoria cristiana, el rastro morisco en el Reino de Granada desaparece, y desde la Corona se busca gente, sobre todo del norte del país, para habitar Trevélez. El pueblo vive una notable repoblación en el siglo XVII, y en el XVIII se desarrolla. Ya en el XIX, el turismo lo empieza a ver como un destino apetecible, romántico y con muchas posibilidades. Y son los últimos 200 años los que han configurado todas las historias, anécdotas y leyendas que encontrarás en sus tres barrios.
¿Vienes de vacaciones a Granada? ¡No te olvides de visitar la Alpujarra! Y a diferencia de lo que puedas pensar, es muy sencillo hacerlo. Y si a eso le añadimos que irás con gente que se conoce estos sitios como la palma de su mano, ¿qué más se puede pedir? Por eso te hemos preparado una excursión a Lanjarón, Pampaneira y Trevélez desde Granada, para que puedas disfrutar, descubrir y saborear todos estos pueblos.
Qué ver en Trevélez
Hay varias maneras de visitar Trevélez. Nosotros os vamos a contar la nuestra, en la que no falta nada por ver y donde el camino te irá dejando momentos únicos y unas vistas de ensueño. Y aunque pueda parecerte raro, lo primero que haremos será sacarte de Trevélez. Pero tranquilo, no nos vamos muy lejos. Hay muchos caminos y senderos a sus alrededores. Tranquilos, para desconectar entre la naturaleza.
Tienes rutas de todos los gustos, para todos los niveles y todas las edades. Una de ellas sale desde la Iglesia de San Benito, y va en todo momento en paralelo a un pequeño un río. Te conduce hacia un pequeño puente de piedra desde el que ver y disfrutar de todo el paisaje antes de la vuelta. Y ya que estamos, ¿paramos en el templo no? El de San Benito es el más relevante de Trevélez.

Fue levantado en el siglo XIII, y después de resistir cientos de años a todo, la Guerra Civil la dañó seriamente, por lo que se necesitaron labores de restauración. Cada 11 de julio, el pueblo se engalana para celebrar la festividad de San Benito, santo al que se dedica la iglesia. No tardarás en verla, ya que su alta torre blanca es visible desde muchos lugares del pueblo.
Desde la Iglesia de San Benito tienes muchas opciones. Salen varias calles que conectan los tres barrios del pueblo. Los rayos de sol deslumbran en cualquiera de las calles de Trevélez debido a sus clásicas casas blancas de piedra, con terrazas repletas de plantas y geranios. Una arquitectura muy característica de la época morisca. Pasear detenidamente por sus calles es obligatorio, te aseguramos que pocas cosas mejores puedes ver y hacer.
Y al margen de las casas, muchas de las calles de Trevélez tienen otro elemento en común: las fuentes. Situado en la falda del Mulhacén, en Sierra Nevada, ¿crees que el agua de aquí es igual que el de la ciudad? Ambos sabemos que no. Fresca y de una calidad excelente, algunas como la del Castaño o la del Mulhacén son una buena parada en tu caminata, para descansar en su sombra o beber.

Además de esto, las calles de los barrios Alto, Medio y Bajo de Trevélez se comunican por tinaos. Se trata de una especie de pasadizos cubiertos por los que caminar, siendo otro de los elementos arquitectónicos más típicos de la Alpujarra de Granada. Por cierto, ¿quieres ver los tres barrios del pueblo en una única panorámica? ¡Sin problema! Acércate hasta el mirador del pueblo, que te recibirá con una frase muy clara que explica la altura de este destino: “En Trevélez tocarás el cielo”. Ya hemos caminado demasiado y lo hemos visto todo. ¿Comemos? Lo que viene ahora seguro que te va a gustar…
El Jamón de Trevélez y los secaderos
Bienvenidas y bienvenidos a la estrella gastronómica de la Alpujarra de Granada: el Jamón de Trevélez. Delicioso, meticulosamente cuidado, sabroso, jugoso… ¡Todo lo que imagines! Si nos acercamos a los secadores de jamones de Trevélez comenzaremos a oler ese aroma de jamón recién curado y cortado. De hecho, el Museo de Jamones de Trevélez, que os recomendamos visitar para conocer todo el proceso de fabricación, ya os recibirá con la escultura de un jamón gigante a la puerta. Y después de conocer la parte técnica… ¡A probarlo!
Una vez hayas visitado los secaderos y degustado las primeras lonchas, vamos a comer algo más contundente. El jamón es la estrella en todos los bares y restaurantes de Trevélez. Tanto en desayunos, comidas, meriendas o cenas, el jamón es protagonista, aunque hay mucho más. Patatas, huevos, morcillas, chorizo… ¡De todo! No dejes de probar el famoso Plato Alpujarreño. Cada bar le da un toque distintivo que le hace ser único, especial y, por supuesto, muy sabroso.

Pero regresando al jamón, el de Trevélez tiene la condición de I.G.P. (Indicación Geográfica Protegida). Desde el siglo XIX, la cultura jamonera es fuente de dinero y puestos de trabajo en el pueblo. Y más, desde que en 1862, la Reina Isabel II reconoció públicamente su enorme calidad. Pero como todo, el sabor del jamón de Trevélez empieza desde el campo y el entorno. Es ideal para la cría de los cerdos de los que después se saca este jamón.
Durante su proceso de fabricación, el clima también juega un papel crucial. Durante su elaboración se distinguen varias fases: Salazón, Lavado, Postsalado y Secado-Maduración. En este último paso, las piezas maduran en función de su peso en entornos muy propicios para que después se acabe obteniendo ese sabor tan característico. Por si todavía no lo sabes, ya te lo decimos nosotros: el recuerdo que te llevarás de Trevélez ¡será un jamón!
Ubicación de Trevélez
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Trevélez
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Granada
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