Entre las variedades de este manjar, el gofre de Bruselas y el gofre de Lieja, son las más destacadas.
Historia del Gofre en Bélgica
Según la leyenda, el origen del gofre de Lieja se remonta al siglo XVIII cuando el Príncipe-Obispo de la ciudad encargó a su cocinero la preparación de un dulce especial. El origen del gofre de Bruselas no está claramente establecido, algunas fuentes señalan el nombre de Maximilien Consael como el primero que empezó a preparar y vender esta variedad en 1856.
¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase de "Bélgica huele a gofre" entre los recién llegados al país? El gofre es uno de los postres belgas más típicos, pero el mismo apelativo gofre belga, a pesar de consumirse en todo el país, guarda tras de sí cierta confusión, además de una larga historia y una gran cantidad de variedades.
El gofre, gaufre en francés y wafle en neerlandés, es tan antiguo como la propia historia del hombre, encontrando su ancestro más remoto en las tortas de cereales que se cocinaban ya en el neolítico sobre piedra caliente. Si seguimos avanzando en el tiempo, en la Antigua Grecia, hallamos igualmente un molde compuesto por dos placas de hierro que se utilizaba para hacer pequeños pasteles. En la Edad Media se preparaban unas especies de hostias que servían como ofrendas religiosas y que después consumían los fieles; solían ser redondeadas y llevaban motivos como blasones o escudos que se grababan en los hierros que servían de planchas.
No será hasta el siglo XIII, cuando el tipo de gofre más parecido al actual aparezca de mano de un herrero que diseñará los moldes de hierro en forma de rejilla o cuadrícula, basándose en la estructura de las colmenas de abeja. Estos nuevos gofres se popularizarán rápidamente, vendiéndose en las calles y los días festivos en las puertas de las iglesias.
Estos gofres todavía se diferenciaban bastante de los actuales, ya que seguían consumiéndose salados, llegando a ser sustitutivos del pan, sobre todo porque la receta para elaborarlos era más barata: harina de mala calidad, agua y sal. En el siglo XVIII las clases más adineraras mejoran esta receta añadiendo a la misma miel, huevos y leche. De esta manera, una serie de nuevas recetas empezarán a surgir (incorporando azúcar, vainilla, canela...) y la variedad de gofres que conocemos hoy en día empezará a ver la luz.
Típos de Gofres de Bélgica
¿Cuál sería el verdadero gofre belga? Pues depende de la región en la que nos encontremos, ya que cada gofre belga es el auténtico de su zona de origen. Así, en Bruselas el gofre original de esta región sería el gofre de Bruselas, mientras que si estamos en la zona de Lieja, el gofre de Lieja sería sin duda la estrella.
Hoy el gofre más famoso de Bélgica es el gofre de Lieja (gaufre de Liége). Éste es el que se ha generalizado y el que se suele encontrar en cualquier establecimiento o puesto callejero.
Diferencias entre el Gofre de Bruselas y el Gofre de Lieja
Una de los manjares típicos que tenemos que probar si estamos de visita en Bélgica, sin duda, es el gofre. Así para saber si estamos comiendo gofre de Bruselas o gofre de Lieja, podemos fijarnos en el tamaño y en la forma. El gofre de Lieja es más pequeño y redondeado en sus puntas, además de contar con 24 agujeros. El gofre de Bruselas es de mayor tamaño, de forma rectangular y cuenta sólo con 20 agujeros.
Otra de sus grandes diferencias está obviamente en su sabor. El gofre de Lieja está hecho con una masa más mullida y dulce, que cuenta con pepitas de azúcar repartidas por toda su superficie que le dotan de una textura crujiente. El gofre de Bruselas es más ligero, menos dulce, y suele servirse con azúcar espolvoreada por encima y a veces con crema chantillí.
Curiosidades del Gofre en Bélgica
Los belgas suelen decir que hay varias formas de comerse un gofre. La más auténtica, el gofre sólo o con azúcar espolvoreada. La de los golosos, el gofre con chocolate. Y la de los turistas, el gofre con todo lo habido y por haber, nata, chocolate, fresas, plátano, helado, etc.
También se toman muy enserio este manjar culinario, y suelen tener siempre en casa su máquina de hacer gofres. Una vez al año, en noviembre, es costumbre reunirse con la familia y amigos para preparar y degustar decenas de gofres.