“Que las colinas irlandesas te acaricien. Que sus lagos y riberas te bendigan. Que la suerte irlandesa te envuelva. Que las bendiciones de San Patricio te contemplen”. ¡Chin, chin!
Como cada año, durante el 17 de marzo, se celebra el Día de San Patricio… ¡Piiii! Primer error, porque la festividad dura nada menos que cinco días en Irlanda, cuna de su origen. ¿Pero, alguna vez te has preguntado quién era ese tal Patricio? Porque resulta que ni era irlandés ni su nombre era Patricio. ¡Menudo lío!
Pero, ¿quién era este señor?
Su nombre original era Maewyn Succat y nació en Escocia en el año 387. ¡Ya llovió! A los 13 años fue secuestrado por piratas celtas que lo trasladaron desde Escocia hasta la costa noroeste de Irlanda para trabajar como esclavo. Tras 6 años, logra escapar y se va a Francia, donde se forma como sacerdote y cambia su nombre a Patricius. Su camino le lleva a evangelizar la Isla Esmeralda hasta su muerte el 17 de marzo del 493. ¡Tan importante se hizo que desde entonces se celebra una fiesta!
Verde, que te quiero verde
¿Que qué es eso de la Isla Esmeralda? Solamente hay que pensar en el color de esta piedra preciosa para averiguarlo. Algunos historiadores dicen que esta celebración es representada precisamente en verde por este motivo, aunque también porque es parte del color de la bandera del país y por el frecuente uso del trébol.
¡Ahoga el trébol! Glu, glu
¿Y eso del trébol? Si es que toda la cultura y tradición está enlazada. Según dicen, San Patricio usaba el trébol verde, —shamrock, en irlandés— de tres hojas, para explicar a los paganos irlandeses la existencia de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. De esta manera sencilla conseguía hacer entender que estos pueden ser tres elementos diferentes en uno mismo.
Desde entonces el día de San Patricio tiene una tradición indispensable, y es llevar un pequeño trébol que se deja caer en la última copa de cerveza o de whisky del día. Se conoce como “drowning the shamrock”, traducido como “ahogar el trébol”, y se dice que si lo haces tendrás un año lleno de felicidad y suerte.
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Actividades en DublínLa Catedral de San Patricio
Y si estás en Dublín, puedes aprovechar también para visitar la catedral ubicada en el corazón de la ciudad, un edificio que es el orgullo de los edificios eclesiásticos del país al ser considerado el más grande e imponente. ¿Quieres tenerlo todo preparado? Consigue tus entradas para la Catedral de San Patricio y descubre el mayor templo de la iglesia irlandesa.
¡Cerveza colorida para todos!
Y ahora sí, hablemos de cerveza. Un dato: Ese día se venden 13 millones de pintas, pero con una peculiaridad, ¡son de color verde! Sabe igualita o hasta… ¡Mejor! Cuando las pruebes nos dices qué te pareció… Y si de verdad eres un amante de la cerveza, te recomendamos sin duda las entradas para la Guinness Storehouse.
Cada 17 de marzo, el color verde tiñe Irlanda, pero también el mundo entero. Una fiesta famosa a nivel mundial, y hasta… ¡Universal! ¿Sabías que San Patrick´s Day se ha llegado a celebrar hasta en la Estación Espacial Internacional? Ya decíamos nosotros que las estrellas ese día adquirían cierta tonalidad verdosa. ¡Seguramente los astronautas estaban de pintas!
Dublín, una ciudad espumosa para chuparse los dedos
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Después de conocer cada secreto y detalle, no te vayas sin degustar la gastronomía local. Puedes aprovechar para probar platos como el Irish Stew, una especie de estofado con carne, patata y verduras, o la Seafood Chowder, la tradicional sopa de pescado, que forman parte de una fiesta gastronómica en la que no solo se bebe, sino que también se mastica.
Irlanda es una tierra llena de tradición y de historias interesantes por conocer, pero también de paisajes increíbles, acantilados, montañas y castillos que te harán soñar. ¡Te esperamos!