Róterdam es todo lo contrario que Ámsterdam y sus casitas del siglo XVII junto a los canales. Róterdam es un fénix renacido de las cenizas que dejó el bombardeo del 14 de mayo de 1940 durante la Segunda Guerra Mundial. Si la buscamos en Google, encontramos una amalgama de arquitectura moderna que es capaz de hacernos fantasear con futuros lejanos. Una de las imágenes más repetidas seguramente sean las casas cubo.
Tan geométricas y tan amarillas, el conjunto de 38 casas cubo es uno de los principales atractivos de la ciudad. Es una maravilla de la arquitectura moderna construida por el arquitecto Piet Blom en 1970. Son tan particulares que cuesta creer que hoy en día son utilizados como soluciones habitacionales.
El desafío
Los encargados de la planificación de Róterdam presentaron a Blom el dilema de construir casas sobre un puente de peatones, y le pidieron una solución. No era la primera vez que el arquitecto se encontraba con este problema, por lo que no dudó ni un segundo en abordarlo.
La solución fue la siguiente: emulando una especie de bosque, Blom construyó estos cubos sobre una base hexagonal. Si la base hexagonal son los troncos de los árboles, los cubos son las copas. Los suelos y los pilares son de concreto, mientras que los enmarcados son de madera.
Por dentro, las casas están divididas en tres niveles. La base hexagonal contiene una pequeña escalera que deriva en el primer nivel, normalmente utilizado como sala de estar, y con una base de forma triangular. La segunda planta contiene el baño y el dormitorio, mientras que la planta más alta puede ser utilizada como un escritorio u otro dormitorio.
La geometría
Tal vez lo que llama más la atención de todo esto no es la forma sino su ángulo: las ventanas y las paredes están todas inclinadas a 54,7 grados. Las vistas son fantásticas, aunque quienes pasan por debajo de ellas pueden perder varios minutos intentando hacer sentido de lo que ven. Es que a los propietarios les gusta jugar juegos y ponen objetos contra las ventanas en posiciones extrañas para crear la ilusión óptica de que realmente viven en una casa inclinada.
El problema con esta solución habitacional es que tiene un total de 100 metros cuadrados habitables, pero solamente un cuarto de este espacio es realmente utilizable. Esto se debe a la estructura angulada.
Si la curiosidad puede más y aún no pueden hacerse idea de cómo se puede vivir en estas casas, el antiguo showroom fue convertido en un museo que abre todos los días de 11 a 17. Aunque advertimos, una vez salgan de la casa y la vean de nuevo desde afuera, todo volverá a ser una incógnita.
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