La Navidad es una época de celebración. En Europa, sobre todo, el espíritu navideño se hace presente con mercados navideños y decoraciones. En el año 2001 Rotterdam no quiso quedarse atrás. Para darle a la ciudad un toque festivo, las autoridades comisionaron al artista Paul McCarthy una estatua de Papá Noel.
Poco se imaginaban que la escultura terminaría convirtiéndose en un ícono reconocido a nivel internacional, pero también un dolor de cabeza, tanto para los ciudadanos como para el ayuntamiento. Es que McCarthy no es el más tradicional de los artistas, y de eso se dieron cuenta al momento de recibir la escultura.
El Papá Noel de McCarthy, que costó a la ciudad unos €180,000, resultó ser una estatua de bronce del barbudo que lleva regalos a los niños en Navidad sosteniendo lo que se supone que es un pino navideño. Pero claro, fiel a sus costumbres, McCarthy hizo una escultura ambigua. Es que el pino navideño que sostiene San Nicolás en sus brazos se parece más a un consolador que a un árbol.
El artista
Para comprender la escultura, es necesario conocer al artista. McCarthy es oriundo de Los Ángeles. En sus inicios como dibujante tomaba influencias de conceptos de Freud, Beckett y el accionismo vienés.
El consumismo es su principal punto de críticas, sobre todo con foco en la cultura occidental. McCarthy ha sido citado diciendo “nos convertimos en lo que vemos en los medios”.
Sabiendo esto, no es raro ver al enano de Rotterdam con otros ojos. La Navidad, así como muchas otras celebraciones con orígenes religiosos, se han transformado en un espectáculo de consumo, y McCarthy se ha encargado de dejarlo claro en su provocadora escultura. “La Navidad nos está violando”.
Repercusiones
Claro que una ocurrencia como esta no pasó desapercibida. El ayuntamiento, en un intento de promover el espíritu navideño, terminó obteniendo un Papá Noel sexualizado. Tal vez no es la imagen que los padres quieren dar a los pequeños al fantasear con aquél que trae los regalos.
Los rotterdammers, en general, se lo han tomado de manera humorística. Le dicen “Kabouter Buttplug”, que significa “El duende del dildo”. Pero también hubo quienes no se lo tomaron tan bien.
En un principio, se suponía que la escultura estaría en la plaza Schouwburgplein, ubicada en el corazón de Rotterdam, así como lugar de origen para algunas de las avenidas más importantes. Como era de esperar, algunos residentes y comerciantes de la zona rechazaron tener que cruzarse con este Papá Noel controversial todos los días. En 2005 la escultura fue ubicada en Museum Park, pero nuevamente llegaron las críticas, y en 2008 fue cambiada nuevamente de lugar a Eendrachtsplein, al otro lado del parque.
Si bien su último lugar de descanso ha sido el definitivo, no ha sido sin problemas. La dueña de una librería ubicada en la plaza donde se encuentra la escultura, Inez Van Dam, ha sido la protagonista de una cacería de brujas que busca no solo cambiar al enano de lugar sino encontrar a McCarthy. Tal fue su reacción que todo el caso inspiró una obra teatral llamada “Buscando a Paul”, que es representada en todo el mundo.
El enano del dildo es un ícono de la ciudad, de eso no hay dudas. Una rápida búsqueda en Google delata que una visita a Rotterdam sin una foto del enano no ha sido una visita a Rotterdam. Se ha convertido en un ícono anti consumismo, así como un ícono del arte disruptivo. También ha inspirado debates acerca de los estándares del arte financiado con dineros públicos. Pero, sobre todo, ha sabido inspirar sonrisas y risas a todos los que pasan por su lado desde hace casi dos décadas.