Qué ver en Valencia en dos días
Descubre Valencia en dos días con este completo itinerario, organizado por zonas y puntos de interés para que puedas conocer lo esencial de la ciudad en 48 horas.
Y es que ese plazo es más que suficiente para acercarte a los monumentos más emblemáticos de la ciudad, vivir en primera persona el ambiente único de sus plazas y descubrir el legado gastronómico, cultural e, incluso, fiestero de Valencia.
Qué ver en Valencia: día 1
Centro histórico de Valencia, Lonja de la Seda y Mercado Central
El casco antiguo de Valencia, que engloba muchos de los monumentos imprescindibles que ver en Valencia en dos días, ofrece la posibilidad de pasar una completa mañana descubriéndolo. ¿Sabías que es uno de los mayores centros históricos de Europa?
Cuando llegues a él, te recomendamos iniciar el recorrido con una horchata fresquita o un chocolate caliente -en función de la época del año preferirás uno u otro-, acompañado de un tradicional farton o unos buñuelos.
Un buen punto de inicio es la Plaza de la Madre de Dios, con la fuente del Turia en su núcleo. Aquí encontrarás dos de los principales monumentos del casco antiguo: la Catedral, con el auténtico Santo Cáliz en su interior, y la Real Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados.
Además, no puedes irte al siguiente punto sin observar el Miguelete -o Micalet en valenciano-, un campanario de estilo gótico que se ha convertido en la torre más famosa de la ciudad, con vistas maravillosas a la misma. ¡No dudes en invertir unos minutos para disfrutarlas!
Centro Arqueológico de la Almoina
Si quieres conocer la historia de la fundación de Valencia, repasar las diferentes civilizaciones que han pasado por la ciudad y dedicar un rato a aprender sobre historia y arqueología, no dudes en visitarlo.
Un breve paseo de cinco minutos desde el Miguelete te acerca a la Lonja de la Seda, uno de los monumentos más característicos que atesora Valencia, Patrimonio de la Humanidad y de estilo gótico civil.
A tiro de piedra encontrarás el Mercado Central, a solo 2 minutos a pie, y su fachada de estilo Art Nouveau te atrapará. En su interior, que cuenta con 8.000 metros cuadrados, hay más de 300 puestos donde podrás acercarte a esos ingredientes locales que convierten la gastronomía valenciana en una de las más ricas de nuestro país.
Si estás por aquí a mediodía, es un buen momento y lugar para comer algo en alguno de sus bares o restaurantes, como el Central Bar o el Super Gourmet.
Torres de Serranos, Torres del Quart y Barrio del Carmen
En dirección norte, y aun dentro de la frontera del centro histórico, las torres de la ciudad te esperan a pocos pasos del Jardín del Turia.
Sin un orden de preferencia, puedes acercarte a cualquiera de ellas para conocer la historia de la Valencia medieval y disfrutar de vistas a la ciudad desde su parte más alta.
En el caso de las Torres de Serranos, es una de las dos puertas que permanecen en pie desde la Edad Media, sobreviviendo a ataques a lo largo de los años. Son 132 los escalones que llevan a su cumbre, pero la panorámica que se obtiene bien merece la pena, con la ciudad vieja a un lado y el cauce del río Turia al otro.
Solo diez minutos a pie las separan de las Torres del Quart, otra de la que fuera la puerta de entrada a la ciudad en la época medieval. En este caso, a diferencia de sus hermanas -las Torres de Serranos-, su estructura presenta las huellas de los cañonazos recibidos durante la Guerra de la Independencia, algo que se ha querido mantener a pesar de sucesivas restauraciones para transmitir la resistencia de los valencianos en ese episodio histórico.
Su acceso es gratuito si cuentas con la Valencia Tourist Card. Y si te apetece acercarte un rato al barrio Extramurs, estas torres conforman el límite entre este y el centro histórico.
Si te has decidido a subir al Miguelete, puedes continuar el recorrido de dos días en Valencia sin subir a las torres. Si, por el contrario, el primer día decidiste ver el Micalet desde la calle, esta puede ser la opción perfecta para asomarte a la capital del Turia.
Tras un intenso día de descubrimiento cultural, visitas a monumentos y muchos datos históricos, no hay nada como un paseo por el activo e interesante Barrio del Carmen, con las Torres de Quart suponiendo su puerta de entrada.
Esta concurrida y adorada zona de Valencia no puede faltar en un recorrido para ver Valencia en dos días, ya que no solo incluye algunos de los puntos de interés principales, sino que es un barrio que cuenta con numerosos planes y opciones para el disfrute.
Por ejemplo, la Iglesia de San Nicolás con la famosa capilla sixtina valenciana, la curiosa casa de los gatos, la calle Moret, el portal de la Valldigna o el centro de Arte del Carmen, entre otros.
Está repleto de terrazas, tiendas vintage, curiosas calles y, sobre todo, restaurantes y bares en los que cerrar el día con las mejores opciones gastronómicas y hasta música en directo en uno de los barrios más auténticos y con mayor tradición de Valencia.
El Barrio del Carmen
No te pierdas la plaza del Tossal o la calle de Caballeros. Puedes ir de tapas y tomar algo en la Bodega La Rentaora, Thistinto Tapas & Wine Bar, Radio City, Gong o Únic Daily Goodness.
Qué ver en Valencia: día 2
Ciudad de las Artes y las Ciencias
Ver Valencia en dos días ofrece la oportunidad de ahondar un poco más en los tesoros de la ciudad. De esta forma, mientras que las primeras 24 horas las reservas para recorrer el centro histórico, el segundo día en Valencia es perfecto para acercarte a otros puntos de interés.
Si te alojas en la zona del centro histórico, desplazándote a pie en dirección a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, tendrás que atravesar el Ensanche de Valencia. Al hacerlo, te esperan dos monumentos esenciales de la ciudad: la plaza del Ayuntamiento que, aunque sea de forma rápida, bien merece una visita, y el Mercado de Colón, el segundo más importante de la ciudad.
Continuando con el camino, recomendamos cruzar hasta el costado del Jardín del Turia y alcanzar el complejo de Santiago Calatrava siguiendo su estela. El paseo es de lo más agradable y sirve para empaparse de la esencia valenciana, con amplios espacios verdes y abiertos.
Al llegar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, esta te espera con seis recintos únicos en los que aprender, observar, disfrutar y compartir momentos únicos con la ciencia, la historia, la cultura y la naturaleza como protagonistas. Además, esta opción es una de las mejores cosas que ver en Valencia en dos días con niños.
Si te quedas en los exteriores, te recomendamos unas dos horas para disfrutar de la arquitectura de cada uno de los edificios; si, por el contrario, quieres descubrir alguno de ellos en profundidad, lo mejor es dedicarle cuatro o cinco horas en total.
Dónde comer el segundo día en Valencia
Una vez hayas visto el complejo, puedes almorzar ahí mismo, aunque si te apetece, te recomendamos acercarte a la zona de la playa de Malvarrosa.
A lo largo de su paseo abundan las opciones de restaurantes para degustar la típica paella, entre los que destaca Casa Carmela.
Para el postre, no te pierdas la heladería Véneta, junto a la marina de Valencia, que ostenta el título de la mejor heladería de España.
Comida con vistas al mar
Aprovecha para disfrutar de algún plato de especialidad en alguno de los locales del paseo marítimo de Valencia.
Parque Natural de la Albufera
Aunque pueda parecer que se encuentra alejado, este parque natural se ubica a solo 10 kilómetros de Valencia, por lo que no es difícil llegar a él en un breve lapso de tiempo. Puedes hacerlo fácilmente utilizando el autobús urbano -líneas 24 y 25- o el Albufera Bus Turístic.
El Palmar, una de las pedanías que lo conforman, es uno de los lugares más bonitos que visitar en Valencia. Además de que la Albufera es uno de los parques naturales urbanos más impresionantes del mundo, su entorno brinda una de las panorámicas más bonitas de la región.
Es típico venir aquí para dar un paseo en barca por la laguna mientras se aprende sobre la importancia del terreno para la gastronomía y los ingredientes valencianos. Si vienes al final de este segundo día en Valencia, podrás disfrutar de la mejor imagen que deja la reserva natural: un atardecer de ensueño en la Albufera.
