Además de recorrer a pie la ciudad para explorar el casco histórico o probar la deliciosa gastronomía de la zona, lo cierto es que bien merece la pena alejarse de tierra firme para conseguir una perspectiva privilegiada.
El Cabo Finisterre, enclave destacado en las rutas marítimas
Existen varias rutas en barco por Finisterre. Lo que todas tienen en común es que, por lo general, no se alejan demasiado de la costa para poder contemplar las bellezas naturales del Atlántico.
El Cabo Finisterre se puede contemplar desde cualquiera de ellas. Los romanos pensaban que este era el punto más occidental del mundo y por eso lo bautizaron como Finis Terrae, cuya traducción es literalmente ‘fin de la tierra’.
Este punto es el verdadero final del Camino de Santiago, perfectamente señalizado como kilómetro cero, donde los peregrinos se bañaban y quemaban sus ropas para renacer.
Los itinerarios varían en función de la duración del viaje y el punto de partida. Por ejemplo, si salimos desde el puerto conoceremos las antiguas defensas del Castillo de San Carlos o el cementerio de César Portela, para después bordear la costa .
Otras rutas marítimas comienzan en sentido contrario, siguiendo la orilla en dirección norte hasta llegar a la playa de Sardiñeiro y dando la vuelta hasta el Faro.
Las islas Lobeiras, un pequeño archipiélago frente a la costa de Carnota, son otro punto de interés al que se acercan muchos barcos. Debido a su ubicación, solo se puede acceder a este enclave en este medio de transporte.
Durante la temporada alta de navegación, que suele coincidir con el verano, las visitas repuntan y la ría de Corcubión se encuentra repleta de embarcaciones.
La playa de la Langosteira tampoco pasa desapercibida, sus aguas turquesas y arena blanca y muy fina, la convierten en un atractivo turístico para todo aquel que se acerca a esta localidad gallega.
Atardeceres y degustaciones en la inmensidad del océano
Sin duda, otro de los mayores reclamos en los paseos en barco por Finisterre, son las inolvidables puestas de sol. Esta experiencia se convertirá en recuerdo mágico junto a las leyendas que guarda la región.
Aunque si en lugar de realizar esta actividad al atardecer, prefieres navegar durante el día, también existen opciones que incluyen un vermú con aperitivo. Normalmente, suele predominar el producto gallego, con vinos, empanada o marisco de la zona.
Si además tenemos suerte, también podremos saludar a delfines u otros posibles cetáceos. Algunos barcos incluyen visión submarina, bien mediante unas pantallas en el barco, o con un suelo transparente para ver la actividad marina a medida que se navega por la superficie.
Esto hace que sea una actividad educativa y amena para los pequeños e igualmente interesante para los adultos. El turismo náutico es uno de los planes estrella de la Costa da Morte, así que no dudes en descubrir la zona acompañado de guías expertos.
