Tui
42°02'53"N 08°38'40"O
Tui, la ciudad-fortaleza gallega repleta de actividades
La ciudad de Tui, bañada por el río Miño y declarada conjunto histórico-artístico, está considerada uno de los atractivos turísticos de la provincia de Pontevedra.
Y no solo por su casco histórico medieval, sus vestigios judíos o albergar el Monte Aloia, el primer parque natural de Galicia. Sino que también es una de las paradas del Camino Portugués a Santiago de Compostela.
Son muchos los peregrinos que se acercan hasta la imponente Catedral de Santa María desde hace siglos.
Además de esta joya gótica, Tui alberga una importante arquitectura religiosa como la Capela de San Telmo, ejemplar único del barroco portugués, el Convento de las Clarias o la iglesia de San Francisco.
Sus excelentes pescados y mariscos hacen que este no solo sea un sitio de paso en la ruta jacobea, sino que muchos viajeros opten por quedarse a degustar la deliciosa cocina de fama internacional.
Además de caminar por sus calles empedradas, las actividades en Tui se multiplican gracias al río. Y es que puedes darte un chapuzón en las playas fluviales de O Penedo en Caldelas o Areeiros.
Pero también practicar deportes como el remo, el piragüismo o el esquí náutico o realizar un paseo en barco para navegar entre murallas.
También podemos visitar una bodega con cata incluida para conocer el proceso de producción de vino albariño D.O. Rías Baixas.
El río Miño: frontera entre Galicia y Portugal
Entre las excursiones más famosas desde Tui se encuentra la localidad portuguesa de Valença. El lugar preferido por los gallegos para realizar compras también alberga una de las fortalezas más importantes de Europa.
Aquí no solo puedes encontrar las famosas toallas, sino que también la porcelana, las joyas de filigrana o los vinos tienen unos precios competitivos. El mejor día para hacerte con algún ‘chollo’ son los miércoles, que es cuando se celebra la tradicional feria repleta de puestos al aire libre.
Recorrer su muralla, sus torres, puertas y cañones es una de las rutas imprescindibles. Sus calles empedradas albergan casas señoriales y las típicas fachadas de azulejo portugués se mezclan con la arquitectura medieval.
Tampoco podemos olvidarnos de probar la deliciosa gastronomía local en la que no puede faltar un buen bacalao.