La hermosa villa medieval de Santillana del Mar es uno de los lugares emblemáticos de Cantabria. A pesar de su nombre, lo cierto es que no mira a la costa, pero su encanto no pasa desapercibido y son muchos los viajeros que no se quieren perder un paseo entre edificios históricos.
Las famosas cuevas de Altamira, declaradas Patrimonio de la Humanidad, se encuentran a tan solo unos kilómetros. Aunque no están abiertas al público, se puede visitar la réplica de su arte rupestre en el museo.
Además de admirar icónicos bisontes rojos y negros, la galería cuenta con una exposición permanente, en la que encontraremos todo tipo de objetos durante las excavaciones.
Una de las actividades en Santillana del Mar imprescindibles es explorar las calles de su centro histórico y los escudos de las casonas montañesas. Entre sus principales monumentos encontrarás la Colegiata de Santa Juliana y su torre octogonal, el templo románico más importante de Cantabria.
La plaza Mayor es toda una joya que te enamorará con su encanto rural. En este enclave se alzan dos torres medievales, una exposición sobre la Vijanera, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, y una de las viviendas más fotografiadas por los turistas.
Puede que la Casa del Cura te suene familiar, y es que su arquitectura y las cuidadas flores de sus balcones forman la estampa perfecta.
Admirar la fachada del Palacio de los Velarde y entrar en el museo Diocesano Regina Coeli, son otros de los planes que ofrece este enclave, donde parece haberse detenido el tiempo.
Y tras recorrer los lugares emblemáticos de esta localidad, podemos invertir el orden del almuerzo y tomar de aperitivo uno de sus fabulosos postres. Entre su gastronomía tradicional destacan los deliciosos sobaos y quesadas que no te puedes perder.
Si nos alojamos en cualquiera de los hoteles de la conocida como la villa de los escudos, podemos realizar una excursión y pasar un día en la naturaleza. Una jornada inolvidable recorriendo en minivan un parque natural, adentrándonos en la Cueva Cullalvera y como broche final, el descenso por el río Asón.
Una actividad en Santillana del Mar perfecta para combinar la oferta cultural con el turismo activo.
