Los pueblos más bonitos de Valencia
Son muchos los rincones especiales que se pueden visitar en esta provincia, además de las numerosas playas son muchos los enclaves de interior enamoran a los viajeros que deciden dejar a un lado el paisaje litoral y cambiarlo por cautivadores cascos antiguos, villas de la Edad Media y entornos naturales con barrancos incluidos.
Estos son los 5 pueblos más bonitos de Valencia que no puedes perderte si estás de visita en esta región. Si tienes tiempo merece la pena alejarse del bullicio del centro de la ciudad y explorar algunos de los rincones escondidos que todavía suponen un secreto para muchos turistas.
Aquí te dejamos solo una pequeña muestra de lo que puedes encontrar si decides conocer los alrededores de Valencia y descubrir las maravillas naturales y algunas curiosidades que ofrecen estas singulares poblaciones.
Bocairent
La visita a Bocairent supone un viaje inigualable por el pasado islámico. Situada a los pies del Parque de la Sierra Mariola, este enclave de interior atrae a turistas año a tras año para contemplar su laberíntico barrio medieval, declarado conjunto histórico-artístico.
Sus calles empedradas te muestran escaleras y pasadizos ocultos mientras exploras su patrimonio monumental. Destaca el conjunto de los Covetes dels Moros, una serie de cuevas artificiales con un agujero a modo de ventana desde el que se puede pasar de unas a otras, subiendo o bajando en función de la dirección que queramos tomar.
Entre sus edificios emblemáticos se encuentran la plaza de Toros, la más antigua de la Comunidad Valenciana, o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida sobre un antiguo castillo árabe.
Durante el mes de febrero tiene lugar la fiesta de Moros y Cristianos, declarada de interés turístico nacional, un atractivo más para acercarse a esta joya de la comarca de Vall d’Albaida.
Chulilla
El imponente castillo de Chulilla es uno de sus principales atractivos turísticos, pero si hablamos del entorno privilegiado en el que se encuentra, entonces tenemos que destacar algunos de sus irresistibles tesoros naturales.
Charco azul
Esta piscina natural deja una de las estampas más fotografiadas. El color turquesa del agua y el paisaje salpicado de verde invitan a darse un chapuzón en medio de este idílico oasis.
La ruta de los Puentes Colgantes también forma parte de un entorno indescriptible. Estas pasarelas están distribuidas a lo largo del camino y dejan unas vistas espectaculares a los barrancos sobre las que se encuentran suspendidas.
Este enclave es uno de los referentes para los amantes de la escalada y el senderismo. Los múltiples miradores que se encuentran en este entorno ofrecen unas panorámicas difíciles de olvidar.
El Palmar
En el corazón del Parque Natural de l’Albufera se encuentra uno de los pueblos más bonitos de Valencia. Las panorámicas de sus extensos arrozales le otorgan un paisaje de ensueño que puede contemplarse desde tierra firme o desde sus típicas embarcaciones en un agradable paseo por el lago.
Normalmente, estas travesías se inician al atardecer, el momento idóneo para disfrutar de una de las mejores puestas de sol de la región y dejarse llevar por las increíbles sensaciones.
Merece la pena dar un paseo por su casco antiguo y fotografiar la arquitectura típica de la zona, reflejada en sus casas bajas y las barracas de cañas y barro, la vivienda tradicional cuando El Palmar era una isla de la Albufera, comunicada por agua con el resto de la provincia.
Vicente Blasco Ibáñez narra la vida de los pescadores que trabajaban aquí para conseguir su alimento diario en una de sus novelas, responsable de la fama de este rincón valenciano.
Entre sus atractivos también se encuentra la gastronomía. Una vez que nos encontramos en El Palmar, no debemos pasar por alto las terrazas junto a los canales para probar los platos tradicionales como el all i pebre de anguilas.
Chelva
Conocido como el pueblo azul de Valencia, Chelva acapara todas las miradas con la intensidad de los colores que contrastan con las impolutas paredes blancas. Un lugar de ensueño en medio de la provincia de Valencia que sorprende con sus calles que parecen sacadas del paraíso marroquí de Chauen.
En este municipio convivieron en su día los musulmanes, cristianos y judíos, lo que le otorga una asombrosa riqueza cultural que se siente en sus calles y se disfruta en sus monumentos. Los antiguos lavaderos, las anécdotas de la Fuente de la Gitana o el refugio construido durante la Guerra Civil son algunos de los atractivos de este lugar histórico.
Además de su centro de leyenda, su entorno, situado en la comarca de Los Serranos, ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco junto a Benagéber, Aras de los Olmos o Tuéjar. En sus alrededores destaca el Cañón del río Turia o el mirador natural del Pico del Remedio.
Buñol
Durante el mes de agosto, en las fiestas populares de Buñol, se celebra uno de los eventos más multitudinarios de la región: la tomatina, una divertida batalla de tomates y una de las fiestas tradicionales de España.
Además de este conocido festival, también merece la pena dar un agradable paseo por su centro histórico y visitar la iglesia neoclásica de San Pedro Apóstol, cuya cúpula azul es visible desde algunas zonas de esta localidad, el molino rehabilitado como sala de exposiciones o el cementerio masónico.
Entre su patrimonio monumental se alza en la parte más elevada el majestuoso castillo, uno de los mejor conservados de esta comunidad, construido entre los siglos XI-XII. Las estrechas calles que rodean a esta fortaleza, todavía habitada, inspiraron a Sorolla en alguno de sus cuadros. Un motivo más para visitar Bruñol, uno de los pueblos con encanto de Valencia que no podía faltar en este listado.
Su cercanía al río permite incluir una zona de baño en el parque fluvial y multitud de espacios verdes para disfrutar del contacto con la naturaleza, como el parque San Luis, en el que se encuentra una preciosa ermita.