El Albaicín está caracterizado por sus estrechas y enrevesadas callejuelas, por las que te encantará pasear sin perder de vista las impresionantes panorámicas de la ciudad nazarí. ¡De esas que quitan el hipo! Este barrio está repleto de preciosas iglesias y de muchas leyendas, como la que se esconde tras la calle Beso. Por vuestro camino os toparéis con verdaderos tesoros, como la Plaza de Santa Ana; el Convento de San Gregorio, fundado por los Reyes Católicos; la casa natal de Enrique Morente, un prestigioso cantaor flamenco; la casa de Zafra, una construcción hispanomusulmana habitada por aristócratas andalusíes; y el famoso mirador de San Nicolás, desde el que podréis contemplar la puesta de sol más hermosa del mundo, con Sierra Nevada y La Alhambra de fondo. Está claro que el Albaicín “quita el sentío” a todo aquel que lo visita. ¡Y también el hambre! Aprovecha tu visita al Albaicín para descubrir los mejores bares de tapas de Granada. Os damos una pista: dirigíos a la Plaza Larga.
Justo al lado del Albaicín, se sitúa Sacromonte, también conocido como el “barrio gitano” por ser la cuna del flamenco en la ciudad granadina. Adquiere importante relevancia en el paisaje la Abadía de Sacromonte, que data del siglo XVII, y corona el barrio que le da nombre. Sin duda alguna, en vuestro recorrido por el Sacromonte es imperdible la visita al patrimonio etnográfico de las cuevas, excavaciones en la montaña hechas por la propia mano del hombre que las habitaba. Para no olvidar es el Paseo de los Tristes, a los pies de La Alhambra, una de las calles más bonitas de España, denominada así porque antiguamente era el camino para ir al cementerio de Granada.
Estos son algunos de los incontables motivos por los que no puede faltar en tu viaje a Granada la visita al Albaicín. Solo queda que prepares la maleta y unos buenos zapatos y te animes a descubrir este increíble lugar, su historia y su arte de la mano de nuestros guías locales.
