Visita guiada por el Duomo de Florencia con acceso al baptisterio

Acércate a un monumento florentino que es ya emblema de la ciudad: su Duomo. Desde la plaza homónima, comenzará una visita guiada por su interior, con acceso a uno de sus imprescindibles: el baptisterio.

La Catedral de Florencia comenzó a construirse en el año 1296, pero no se terminaría hasta más de 70 años después, en 1398. Sus medidas avalan, empíricamente, que es una de las catedrales más grandes de Europa.

Cuenta con 160 metros de largo, 43 de ancho y 90 metros en su nave transversal. El objetivo de su creación buscaba mostrarle al mundo el poder y la abundancia que se daba cita en Florencia entre los siglos XIII y XIV.

El Duomo se corona con la imponente cúpula de Brunelleschi, una colosal obra de ingeniería que en su momento resultaba inconcebible. Parece sencillo, pero aun hoy, frente a ella, cuesta entender cómo el florentino fue capaz de tamaña empresa.

Admiraremos los exteriores de la catedral con sus mármoles blancos, verdes y rosas y el perfil del conjunto, que ofrece una de las postales más representativas de Florencia.

Una vez dentro, el guía te mostrará sus vitrales, unas vidrieras fruto de las pinturas de Ghiberti, Andrea del Castagno y Paolo Ucello. Son en torno a 40 y recogen imágenes de lo más variopintas y significativas. Entenderemos por qué el rosetón de su fachada es, en buena parte, culpable de su iluminación.

Nos rendiremos ante los frescos del Juicio Final de Giorgo Vasari y Zuccari, que decoran el interior de la cúpula y supone la superficie pintada al fresco más grande la historia. Y como broche de oro, podrás visitar por libre el baptisterio, dedicado a San Juan Bautista -el patrón de Florencia-, que destaca por sus tres puertas de bronce, y el Museo de la Ópera. La entrada te da acceso durante 72 horas, ¡aprovecha!

La Catedral es una de las visitas obligadas de Florencia, la afluencia de gente es constante, así que si no quieres quedarte sin la posibilidad de verla, ¡reserva ahora tus plazas!