Free tour Estrasburgo

Recorreremos, a lo largo de dos horas y medias, el centro de la ciudad. De la mano de un guía experto tanto en la historia de Estrasburgo como en su vida y en sus leyendas, vamos a ir desgranando los acontecimientos que fueron formando la ciudad que hoy vemos. Lo haremos esos sí de manera divertida, amena y pensada para todos los públicos. Una oportunidad única de conocer y descubrir aprendiendo. Además, los consejos del guía que nos acompañará, nos van a facilitar seguir haciendo turismo en Estrasburgo sin perdernos nada, disfrutando de sus rincones más curiosos y de sus locales más típicos. ¡No pierdas esta oportunidad de conocer Estrasburgo!

Arrancaremos en la Plaza de la Catedral. Después de una pequeña parte introductoria de la actividad y de la ciudad, comenzaremos el recorrido por la Catedral de Notre Dame de Estrasburgo, una auténtica obra maestra del gótico. Su torre de 142 metros, su fachada, prolija en imágenes, sus vidrieras o su rosetón, son algunos de los elementos en los que nos detendremos y sobre los que aprenderemos un poco más. Este catedral, entre los secretos que esconde, conserva un demonio en su misma fachada. Estar, está a la vista ¿podéis verla?

Desde aquí nos dirigiremos a otro de los lugares más importantes de Estrasburgo, el Palacio Rohan. Fue la residencia de príncipes y cardenales y, hoy, es la sede del Museo de Artes Decorativas y de Museo de Bellas Artes de la ciudad. Entre las personalidades que se hospedaron aquí, están María Antonieta o el mismísimo Napoleón.

Vamos a seguir dando un paseo por el barrio de la Petit France, uno de los barrios con más encanto de todos los que podemos visitar. Aquí sus casas, sus fachadas, su aire medieval, su toque alemán y su aire francés, lo envuelven todo y nos llevan a otras épocas.

 Viendo la paz que se respira en estas calles, cuesta mucho imaginarse esta ciudad como el centro de guerras, pero así fue. Eso sí, si fue clave en el conflicto, fue esencial para la paz, y de todo esto hablaremos en este escenario. Pero a pesar de lo bucólico de la estampa, ¿sabéis de dónde toma el nombre este barrio? Pues del aumento, en el siglo XVI, de los casos de sífilis, enfermedad que se conocía como “el mal francés”.

Nos detendremos en los Puentes Cubiertos, que están a continuación, los tejados que los cubrían, no se conservan, pero igual mantienen el nombre. Este lugar es un símbolo, en torno a ellos pivotaba la independencia de la región, pero, además, como dato curioso, este espacio tiene mucho que ver con el origen de la Marsellesa.

En tour termina en la plaza Kleber, la plaza más visitada de la ciudad ¿Cuál es el valor de este rincón? Pues ni más ni menos que un discurso que dio Adolf Hitler.