Este pueblo cántabro mantiene una arquitectura tradicional formada por casas de piedra con mucho encanto. Muchas de ellas se han aprovechado como alojamientos turísticos para los viajeros que quieren desconectar del bullicio de la ciudad.
Pero también hay un espacio para pasear entre su patrimonio histórico y sus construcciones religiosas como la iglesia parroquial de Santa María, abierta al público. En sus alrededores podemos acercarnos al yacimiento arqueológico del castro de Los Cantones a nuestro aire o reservando de forma gratuita un free tour por Liébana.
Este lugar es perfecto para dejar de lado el estrés y sentarse a disfrutar de las espectaculares panorámicas de la cordillera Cantábrica.
El entorno rural facilita las actividades de turismo activo en esta zona, entre las que destacan el parapente, el senderismo o la escalada.
Muy cerca se encuentra Potes, otro de los reclamos por excelencia de esta comunidad autónoma, al que podemos acercarnos para seguir conociendo las maravillas de la zona.
Para los amantes de las rutas, una de las más populares es la de Peña Sagra, que cuenta con picos como El Cuernón (2.048 metros) y el Parais (2.007 metros). Caminarás entre bosques de robles y un intenso verde característico del paisaje de esta región.
Desde aquí también podemos desplazarnos al Museo de la Sidra Valdeaniezo, a menos de 10 minutos, situado en Aniezo. Además del proceso de elaboración de la bebida asturiana por excelencia, aprenderemos las técnicas y platos tradicionales de la cocina lebaniega, con ingredientes como los garbanzos, verduras y carnes de la comarca.
Se dice que este pintoresco enclave tiene un microclima propio, y que en medio de las gélidas temperaturas de invierno puede sorprendernos un agradable día de sol.
