Marrakech es mucho más que una ciudad antigua de Marruecos. Es una experiencia llena de colores vibrantes, olores, sabores, sonidos y vistas únicas e inolvidables. Es conocida en todo el mundo por sus mercados de la Medina y sus riads, pero hay mucho más que ver y hacer en Marrakech. ¡Descúbrelo todo y conoce también los mejores consejos para el viaje!
Dentro de la locura de la Medina medieval, experimenta el encanto exótico y la forma de vida tradicional que ha nutrido a Marrakech durante más de un milenio, pasea por su laberintos de callejuelas estrechas y abarrotadas mientras el llamado a la oración se eleva por encima del clamor de los artesanos que elaboran sus productos y el aroma de las especias que perdura en el aire.
Una vez hayas experimentado la fascinante mezcla de la cultura europea, del Medio Oriente y africana, sal de la ciudad para disfrutar de paisajes incomparables de montañas y desiertos.
Historia de Marrakech
Fundada en 1602, Marrakech fue la capital de Marruecos bajo las dinastías almorávide y almohade. En su apogeo, el califato almohade del imperio bereber controlaba gran parte del norte de África y del sur de España, dando lugar a una mezcla de culturas y a una arquitectura morisca con arcos entrelazados, patios centrales y atractivos azulejos entre sus elementos principales.
En los siglos posteriores, Marrakech siguió creciendo bajo diferentes líderes que también agregaron grandes edificios para marcar sus reinados, como las Tumbas Saadíes del siglo XVI. A principios del siglo XX, la ciudad fue capturada por el ejército colonial francés y estuvo ocupada durante 44 años. Es en 1956 cuando Marruecos obtiene la independencia de Francia y el sultán Sidi Mohammed ben Yusef fue restaurado como Mohammed V.
Marrakech ha fascinado durante mucho tiempo a los turistas europeos. Churchill frecuentó Marrakech durante las décadas de los años 30 y 40, llamándola “el París del Sáhara”. Años después, la ciudad se convirtió en un centro de escapismo para hippies, surrealistas y grandes de la cultura pop, como Hitchcock, The Beatles, los Rolling Stones e Yves Saint Laurent.
Descubre los alrededores de Marrakech
Excursión a EssaouiraConsejos para tu viaje a Marrakech
Si es tu primera vez, seguro que quieres saber cuáles son los consejos para que todo vaya bien durante el viaje. En el caso de haber estado ya en Marrakech, es probable que alguna de estas pautas ya te suenen, mientras que otras, que podías no conocer o se te han olvidado, te ayudarán mucho durante tu viaje en esta perla marroquí. Ya sabes que nuestra misión es la de facilitar al máximo tus viajes, por lo que... ¡Sigue leyendo para conocerlos todos!
Lo primero que debes pensar es que Marruecos es un país que no pertenece a la Unión Europea ni a ninguno de los acuerdos y tratados que los países del viejo continente tienen para el libre tránsito de sus ciudadanos. Importantísimo contratar un seguro de viajes porque la tarjeta sanitaria europea no funciona. En caso de contratarlo, como haya algún contratiempo y toque pagar... La factura no va a ser pequeña precisamente. Al margen de esto, por supuesto, no olvides tener siempre a mano y actualizado tu pasaporte.
Otra recomendación muy importante es la de enterarte de todo lo que puede pasar en el viaje a Marruecos, de su cultura, el cambio de divisas, costumbres y leyes en la página de Marruecos del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España. Aquí encontrarás también información sobre la sanidad y la seguridad. Es decir, acerca de las cosas básicas que siempre te preguntas justo antes de conocer un nuevo país o una nueva ciudad.
Para introducirte un poco en el tema, en lo relativo a documentación, es imprescindible el pasaporte con una validez mínima de 6 meses. En cuanto a los visados, los ciudadanos de España no lo necesitan siempre y cuando viajen por turismo. En cuanto a las divisas, la moneda oficial es el dirham. Un euro equivale a 10,65 dirhams. Es importante que, al tratarse de un viaje fuera de la Zona Schengen, sepas que debes hacer varios procesos en el aeropuerto que llevan más tiempo, por lo que acude con tiempo.
Sabiendo ya lo que tienes que hacer en los días e instantes previos al viaje, vamos ahora con todo lo que debes saber durante el viaje. Marrakech es una ciudad en la que hay que tener los cinco sentidos bien atentos a todo. Sobre todo dentro de la Medina. No es de extrañar que si viajas a un nuevo lugar tires de un mapa o del móvil para ubicarte. El 'problema' viene cuando alguien quiere aprovecharse de esto. En Marrakech es habitual que muchas personas te ofrezcan su ayuda de forma desinteresada para llevarte a determinados, y una vez llegas allí, te pidan una importante suma de dinero a cambio. Es más, si en estas situaciones no quieres pagar, podrías tener un pequeño lío.
Ten mucho cuidado también con el uso del teléfono móvil o la cámara de fotos. A muchos ciudadanos locales no les sienta bien este asunto, por lo que no debe extrañarte que alguien te pueda llamar la atención o pedirte dinero a cambio por hacer unas fotos o un video. En el tema del dinero, aunque creas que no, es importante tenerlo en efectivo, ya que en muchos sitios no se aceptan tarjetas. Además, procura tener a la vista lo justo o intentarán cobrarte más. Esto puede ser común en los taxis, donde negociar un precio previamente con el taxista puede acabar siendo muy beneficioso. No tienes que inventarte un precio, sino que preguntas en tu alojamiento y ese es el precio que dices al taxista después.
Si decides sacar dinero de los cajeros, procura que no haya nadie a su alrededor, ya que es normal que veas a personas de pie al lado de muchos. En este sentido, procura estar siempre en calles principales, aunque estén repletas de gente. No es aconsejable que vayas solo o en pequeños grupos por calles vacías. En cuanto a las zonas militares, es conveniente evitarlas porque están catalogadas como 'sitios de riesgo'. Y por cierto, si contratas un guía para un free tour o una visita más privada, asegúrate que sea oficial. ¡Hay mucha gente que se hacen pasar por ellos para timarte!
También queremos darte otro pequeño consejo en lo relativo al agua. Se supone que el del grifo es potable, pero al no estar acostumbrado a ella, podría traerte algún malestar estomacal consigo. En este sentido, mucho ojo también con los puestos de zumo, sobre todo los de la Plaza de Jemaa el-Fna. Por último, en lo referente al móvil, lo mejor es que os hagáis con una SIM de Holafly, por ejemplo, para tener Internet nada más aterrizar. Además, en este sentido, apunta siempre el número de teléfono del sitio en el que te alojes como uno de los más importantes, por lo que pueda pasar.
Y dicho todo esto, vamos ahora con los consejos que necesitas saber a la hora de marcharte. Un taxi desde el centro suele rondar los 10€. Como te hemos contado anteriormente, asegúrate del precio preguntando en tu alojamiento para que no te cobren más. De cara al aeropuerto, tus billetes tienen que estar impresos. En este caso, te recomendamos que lo lleves impreso desde tu casa antes del viaje de ida, porque sino te van a cobrar por ello. Además, al igual que en la ida, te tocará estar un buen rato pasando controles de documentación, por lo que vete con tiempo. Otra cosa muy importante. ¡Tener muy vigilado el equipaje! Podrían meteros algo inesperado, así que mucho ojo con vuestro equipaje desde el mismo momento en el que salís del alojamiento.
¡Los imprescindibles de Marrakech!
Hemos recopilado las cosas que ver en Marrakech que no debes perderte, esas que capturan la esencia de esta emocionante y única ciudad. Admira su cautivadora arquitectura, pasea por sus palacios, disfruta de la tradición del té a la menta y alójate en los mejores riads de Marrakech. Pero, lo más importante, ¡piérdete entre la locura y transpórtate en el tiempo!
Plaza Yamaa el Fna
Es la plaza principal de Marrakech y, aunque se puede visitar durante el día, es por la noche cuando cobra vida. Ha sido y es el centro de comercio y entretenimiento desde el año 1050 d.C., y su nombre se traduce como “área de reunión y congregación”.
Es un lugar revelador, en el que no dejan de suceder cosas donde quiera que mires y no dejarás de escuchar a los dueños de los puestos intentando llamar tu atención para que les compres algo. Todos los días, a media mañana, la plaza se llena de puestos con comida típica marroquí y exposiciones exóticas. Sí, es aquí donde verás encantadores de serpientes, cuentacuentos, artistas callejeros, vendedores ambulantes… Es gracias a esto que la UNESCO declaró la plaza Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
La Plaza Yamaa el Fna está en el centro de la Ciudad Vieja de Marrakech y está rodeada por hoteles y cafés donde se congregan tanto turistas como locales y vendedores. Sin embargo, el encanto de este rincón tan importante de Marrakech tiene un lado más oscuro: los monos en jaulas y adiestrados con cadenas, los buitres con los que puedes hacerte fotos, e incluso las serpientes.
Medina de Marrakech
Dentro de la ciudad histórica, la Medina, es un laberinto retorcido de pasadizos entrelazados en un torbellino de comercio en un entorno medieval. Perderse en la Medina es parte integral de la experiencia en Marrakech.
También conocidos como los zocos centrales de Marrakech, son mercados al aire libre pero escondidos en el laberinto de callejuelas estrechas que forman la ciudad. Repleto de puestos, le dan a la medina medieval una energía distintiva. Perderse paseando por los zocos es una experiencia única y una de las cosas más estimulantes que vivirán en Marrakech.
Muchos de los vendedores todavía utilizan métodos tradicionales para producir productos artesanales, mientras que otros se centran más en el comercio turístico. Los zocos están organizados, a grandes rasgos, por sus respectivos oficios y ventas. Eso sí, todos ellos disfrutan del trueque y las gangas. ¡Ir de compras en Marrakech es casi como un deporte!
Souk Haddadine es la sección de orfebrería donde se elaboran vasijas, baratijas y joyas al son del estaño al batir. Souk Cherratine flota en el aroma de artículos de cuero recién hechos, mientras que Souk des Babouche tiene cientos de pantuflas. Las mejores oportunidades para tomar fotografías están en Souk des Teinturiers, el zoco teñido de lana, y La Criée Berbère, el hogar de alfombras bereberes.
Medersa Ben Youssef
Se dice que las mezquitas locales en Marrakech contienen algunas de las obras de arte más impresionantes de la ciudad. Pero como están cerradas a los no musulmanes, la mejor manera de educarse en el esplendor del diseño islámico es en Ali Ben Youssef Madrasa.
Fundada en el siglo XIV, la madraza fue en sus orígenes la escuela del Corán más grande del norte de África. Con arquitectura marroquí y andaluza, su gran patio central es impresionante. Las habitaciones de los estudiantes que rodean el patio están desprovistas de decoración, lo que agrega contraste y un encanto místico al edificio. Asegúrate de subir por las escaleras y asomar la cabeza en las habitaciones, que alguna vez fueron hogar de alrededor de 900 jóvenes.
Como es habitual en la arquitectura islámica, los austeros muros del exterior no dan pistas de la asombrosa ornamentación del interior. Pasea por el patio e inspecciona los azulejos ornamentados y, si llegas lo suficientemente temprano, podrás disfrutar del silencio. No hay ninguna superficie sin decorar y la calidad de la artesanía es testimonio de la importancia de los detalles de la dinastía Saadí.
Jardín Majorelle
El precioso Jardín Majorelle es como un pequeño oasis psicodélico en el corazón de la ciudad nueva de Marrakech y es, sin duda, una de las atracciones de visita obligada. Este pequeño jardín botánico refleja la afición por el contraste y el color fuerte de su creador.
En parte museo, en parte jardines, fue creado por el artista francés Jacques Majorelle en los años 20 quien, habiéndose enamorado tanto del azul eléctrico utilizado en las casas bereberes, lo convirtió en una característica de su propia casa y jardín. Tomó casi 40 años que el jardín tomara forma, con plantas provenientes de todo el mundo.
Sin embargo, a medida que los costos de mantenimiento se dispararon, todo el complejo se deterioró, hasta que Yves Saint Laurent lo compró y le dio una nueva vida a finales del siglo XX. Juntos, crearon algo aún más majestuoso. Ha sido restaurado y dividido por cuatro pasarelas para crear parterres de flores tropicales de colores brillantes. Los estanques cubiertos de lirios, los helechos gigantes, los matorrales de bambú, las palmeras y los cactus enormes, apoyan esa sensación de tranquilidad que sentirás al pasear por Majorelle.
El estudio se ha convertido en un museo bereber con una colección de artesanías y artefactos, como alfombras antiguas, textiles, cerámica, joyería y bordados finos. Lo más destacado de este rincón son las puertas y techos de madera tallados.
Museo Yves Saint Laurent
Cuando Yves Saint Laurent visitó Marrakech por primera vez, fue un flechazo y compró una propiedad. Durante su vida, solía pasar tiempo en la villa, diciendo que estar allí le inspiraba para diseñar moda. Murió en 2008, pero el nombre del gran diseñador ha perdurado, y gracias al Museo Yves Saint Laurent, inaugurado en 2017, su nombre y obra seguirán presentes durante muchos años.
En el interior del museo, descubrirás que está dividido en varias secciones en las que se pueden ver algunas de las mejores y más exitosas obras del artista. También hay salas de exposiciones con bocetos y pinturas de algunas de sus creaciones. Las exhibiciones temporales acogen obras relacionadas con la moda y el diseño, el arte contemporáneo, la botánica y la antropología.
Hay una zona dedicada a la conservación de prendas extraordinarias, algunas de la propia colección del diseñador y de la colección de su antiguo socio en Francia. Esta área es utilizada también para conservar algunas prendas tradicionales bereberes del Museo Bereber de los Jardines Majorelle.
Además, también encontrarás una biblioteca con muchos libros valiosos y raros que datan del siglo XVI al siglo XX, muchos donados por el cofundador de YSL y ex socio del diseñador; y un auditorio simplista que parece encajar perfectamente con la cultura marroquí.
Palacio Bahía
Con un agradable patio simétrico, un intrincado patio de madera y un uso del mármol italiano, el Palacio de la Bahía es una de las atracciones esenciales y más lujosas de Marruecos. Es una de las obras maestras de la arquitectura marroquí, uno de los principales monumentos del patrimonio cultural del país y uno de los principales lugares de turismo en Marruecos.
Fue construido originalmente en la década de 1860 y luego se expandió y renovó con más estilo extravagante a principios del siglo XX. Aunque solo algunas de las 150 habitaciones están abiertas al público, es suficiente para hacerse una idea de la inmensidad magnífica de las decoraciones, reconocidas como algunas de las mejores piezas de arquitectura morisca y andaluza de Marruecos. Estos espacios tienen techos de cedro tallado, vidrieras y paneles de seda tejida.
La grandeza del palacio se demuestra mejor en los patios, que cuentan con exuberantes plantas que llenan los jardines encalados con fuentes centrales típicas del diseño morisco. Sin embargo, la obra maestra es el enorme Gran Patio con patrones geométricos que se extienden por un enorme piso de mármol rodeado de galerías de madera.
Plaza de Las Especias
Rahba Kedima, más popularmente conocida como la Plaza de Las Especias, está llena de magia. En ninguna parte es más evidente la fusión de África y Arabia que tanto caracteriza a Marrakech que esta vibrante, colorida, caótica y antigua plaza. Acércate para descubrir todo tipo de pociones y lociones misteriosas. Para los hechizos, hay camaleones vivos, lagartijas, tortugas, raíces, pieles de leopardo y cebra, colmillos, hierbas… todo lo necesario para preparar curas para la artritis o un corazón roto.
Hay puestos que venden remedios herbales, cosméticos y artículos de tocador: polvo de cochinilla para colorete, kohl, henna, desodorante de cristal natural, ramitas para cepillarse los dientes y aceites esenciales de azahar, ámbar, rosa… Para los amantes de la cocina, hay una gran cantidad de especias para elegir: azafrán, aceite de argán, comino molido y cilantro, anís, rollos de canela y muchas mezclas caseras de especias creadas para marinar pescados, carnes o frutas.
En medio de la Rahba Kedima se apilan cientos de canastas hechas a mano, cucharas de madera, sombreros y pirámides de frutas y verduras. El antiguo mercado de esclavos, ahora Criée Berbère, está cruzando un callejón cubierto en el lado norte de la plaza y al lado del Café des Epices.
Mellah
La Mellah es el antiguo barrio judío de Marrakech, creado por el sultán Abdallah al-Ghalib de la dinastía Saadian a mitad del siglo XVI. El objetivo era dar protección a los judíos que huían de la persecución en la Península Ibérica, como lo exigía la ley Sharia en esos momentos.
Restaurado varias veces a lo largo de los siglos, el laberinto de calles tiene menos caos que la locura de la medina y más características comunes con un vecindario local. No puedes perderte la Grand Bijouterie, una galería de joyas ornamentadas que aún hoy venden oro por onza; ni la Place des Ferblantiers, una plaza rodeada de palmeras que es el punto de encuentro para los locales, con pequeños zocos pintorescos que venden especias, lámparas de hojalata y artículos para el hogar.
La sinagoga Slat Al Azama, con su patio decorado en azul y el cementerio judío, son un recordatorio emocionante de los judíos que alguna vez llamaron casa a Marrakech.
Anima André Heller Garden
Visitar el Anima André Heller Garden es viajar a un mundo en el que la naturaleza y el arte se unen y entrelazan, dando lugar a uno de los jardines más bonitos de Marruecos. Se puede describir como un oasis de sombra con plantas, colores, fragancias y formas únicas que encantan a los sentidos. Este pequeño pedazo de paraíso en la tierra se extiende por tres hectáreas. El suelo rojo del desierto, una vez árido, al pie de las majestuosas montañas del Atlas, se ha transformado en un lugar que invita a pasear, reflexionar y, sobre todo, maravillarse.
Senderos cuidadosamente pavimentados serpentean entre cactus exóticos y esculturas asombrosas. Los caminos son la forma de moverse por el jardín, ya que no hay señales o postes que indiquen por dónde debes ir. Es un rincón en el que debes dejarte llevar por los sentidos y, a cada paso, te sorprenderás con una planta o arbusto nuevo e inusual.
Le Jardin Secret
Aunque el desarrollo del distrito de Moussaine comenzó en el siglo XVI, el palacio que forma la base de Le Jardin Secret se construyó en el siglo XIX y pasó por varios dueños hasta que se vació y cayó en un grave estado de deterioro, antes de volver a vivir con su última restauración.
A los amantes de la simetría les fascinará el jardín, con sus caminos rectos, los reflejos en los estanques y las maravillosas pasarelas de mosaicos. Los jardines exóticos tienen plantas de todo el mundo, algunas fácilmente identificables como el cactus, pero otros no tanto. Le Jardin Secret es uno de los pocos riads que está conectado al antiguo sistema de riego, demostrando así el privilegio y la riqueza de sus propietarios.
La civilización musulmana considera el agua como un símbolo de vida, existencia y poder. El Corán describe el cielo como un “jardín en el que fluyen arroyos”, siendo los jardines una descripción y reflejo bastante precisos.
A un lado del jardín está el hammam, la casa de baños, que ahora alberga parte de los baños. La otra parte ha sido restaurada y el suelo parcialmente abierto para mostrar los canales por los que pasa el aire caliente por debajo del suelo, calentado con leña o, en la actualidad, con gas. Una visita al hammam es necesaria para conocer la cultura y la vida marroquí.
El Pabellón de Hbiqua alberga exposiciones de fotografías que muestran las reformas en los jardines, con un techo espectacular; el Pabellón Oud el Ward es un centro educativo que enseña sobre la arquitectura, importancia y el sistema de agua de los jardines.
Tumbas Saadíes
Naranjos, jardines paisajísticos y cantos de pájaros se pueden encontrar en uno de los mausoleos mayores ornamentados que jamás hayas visto: las Tumbas Saadíes, una prueba de que incluso en la muerte, para algunos, la riqueza realmente puede sobrevivir. Las tumbas fueron un lugar olvidado hasta el siglo XX, cuando las fotografías aéreas revelaron lo que su sucesor había decidido ocultar.
Aquí descansa el sultán saadí Ahmed al Mansour ed-Dahbi, así como casi 200 de sus seres querido y más cercanos. Aquellos que tenían el mayor favor del sultán fueron enterrados más cerca del centro del complejo; otros fueron enterrados en los extensos jardines llenos de naranjos.
Pasea por sus mausoleos y disfruta del mármol italiano, el oro puro y los intrincados mosaicos, o simplemente haz como los gatos callejeros que llaman hogar a las tumbas y disfruta un rato al sol de la tranquilidad de este sitio.
Las Tumbas Saadíes se encuentran a las afueras de Marrakech, en la Rue de la Kasbah, al lado de la Mezquita de Koutoubia.
Recorre las calles de Marrakech
Free Tour MarrakechMezquita Koutoubia
En un mundo de rascacielos y calles sombreadas, donde las ciudades crecen y se expanden mucho más allá de los límites previstos, los pueblos antiguos a menudo pueden perder un poco de lo que los hacen tan especiales. Sin embargo, no en Marrakech, una ciudad protegida por antiguas leyes locales que establecen que ningún edificio puede ser más alto que una palmera.
Es este decreto el que convierte a la Mezquita de Koutoubia, en el corazón de la Medina de Marrakech, en un atractivo turístico y un hito destacado de la ciudad. Prohibido para todo aquel que no sea musulmán, su minarete visible desde casi 30 km, llama la atención y domina el horizonte.
La de Koutoubia, es la mezquita más grande de la ciudad, conocida también como la mezquita de los libreros. Si llama la atención a la luz del día, ¡debes verla cuando está iluminada durante la noche! No es de extrañar que sea una de las imágenes más fotografiadas de Marrakech.
Riads de Marrakech
¿Por qué reservar una estancia aburrida y sin encanto en un hotel corriente cuando hay tantos riads en Marrakech disponibles? Alojarse en un riad tradicional, una casa de huéspedes, es la mejor forma de ver los impresionantes detalles de la arquitectura marroquí. En el exterior, normalmente son de color arena con una arquitectura básica. Sin embargo, una vez que abres la puerta, hay un mundo completamente diferente.
Un mundo de mosaicos de colores increíbles, patrones detallados y plantas, que normalmente se centran alrededor de una pequeña y encantadora piscina. Dormir en un riad es una experiencia tranquila, que proporciona un rincón de tranquilidad lejos de los ruidos de Marrakech.
La mayoría de los riads son casas adosadas a la Medina del siglo XVIII o XIX y los hay de todos los tamaños y niveles de lujo. Cada uno tiene su propio estilo único, reflejo personal de los propietarios.
Puerta de Bab Agnaou
Bab Agnaou es una de las 19 puertas de Marrakech, construida en el siglo XII en la época de la dinastía almohade, es la más interior y ornamentada de las puertas de la ciudad. Fue uno de los primeros monumentos de piedra construidos en Marrakech, y el color de su piedra parece cambiar drásticamente según la luz del sol, el clima o la hora del día.
El bajorrelieve es sofisticado y sigue siendo impresionante a día de hoy. Los expertos creen que la función de la puerta puede haber sido nacionalmente simbólica, como sugieren las piezas de las esquinas que están decoradas con diseños florales, enmarcadas por tres paneles con inscripciones del Corán. Su impresionante tamaño y diseño, junto con su ubicación céntrica, la han convertido en una de las atracciones turísticas más visitadas de Marrakech.
Museo Dar Si Said
Marrakech tiene algunos museos de alfombras que se abrieron para promover la rica herencia de las colecciones de alfombras y tejidos marroquíes y bereberes. Uno de los mejores museos de alfombras para visitar en la ciudad es el Museo Dar Si Said de Tejidos y Alfombras.
La colección de alfombras que se exhibe no es muy diferente de las otras que encontrarás en Marrakech, pero la belleza de su edificio es lo que hace que valga la pena visitarlo. Está ubicado dentro de un precioso palacio antiguo, con pequeños patios y jardines con flores. Cada sala del museo está decorada con intrincados techos de madera y azulejos multicolores.
La exposición, además, combina la artesanía y la arquitectura islámica. Uno de sus aspectos más destacados es la cuenca de fuente andaluza de más de mil años, construida en la Córdoba española y que estuvo durante siglos en la Medersa Ben Youssef.
Verás algunos detalles de la cultura bereber tradicional, que dan una idea de la vida cotidiana del Marruecos del pasado.
Palacio El Badi
Cuenta la leyenda que el día de la gran inauguración del Palacio El Badi, el sultán saadí se dirigió al bufón de la corte para conocer su opinión sobre el extravagante edificio real. Su respuesta fue “será una ruina magnífica”, ¡y no se equivocaba!
Construido en el siglo XVI por el sultán saadí Ahmed el Mansour, el palacio se traduce como El Incomparable, y ha sido despojado de mucho de lo que alguna vez lo hizo tan grandioso; el oro se reubico a Meknès por el sucesor del sultán. Mármol de Carrara, onix de la India, cristal y revestimiento de pan de oro decoraban las paredes y techos de sus 360 habitaciones. Sin embargo, eso no hace que visitarla no merezca la pena.
La verdadera escala de la grandeza del Palacio El Badi no se ha perdido por completo. Son unas ruinas enormes: aquellos con un interés pasajero necesitarán al menos una o dos horas para disfrutar del complejo. Además, desde el palacio se pueden disfrutar de unas vistas bonitas de Marrakech, así como de algunos de los azulejos más llamativos de la ciudad.
Las ubicaciones más notables del palacio son el gran patio central, de más de 130 metros de largo y casi del mismo ancho, y lo que queda de sus famosos jardines hundidos, ingeniosamente regados por estanques. Hoy, decenas de cigüeñas anidan en las protuberancias de las paredes derruidas. Consideradas sagradas, una antigua creencia bereber dice que estas aves son en realidad seres humanos transformados.
Jardines de la Menara
Situados al oeste de Marrakech, a los pies de las montañas del Atlas, están los Jardines de Menara, conocidos también como los hermanos pequeños de los jardines de Agdal, ya que también fueron establecidos por la dinastía almohade en el siglo XII.
El nombre de Menara se traduce como faro, del pabellón con su pequeño techo de pirámide verde, llamado Menzel. El nombre no hace referencia a la historia de un faro real, sino al significado religioso del edificio.
Al igual que los Jardines de Agdal, los de Menara también tienen un gran estanque que utiliza una red de canales subterráneos que sirven para el riego de huertos y arboledas circundantes.
El Palmeral
Alejándote del caos de Marrakech y del bullicio de gente, llegarás a El Palmeral, donde sentirás que has viajado en el tiempo. La mayoría de turistas que lo visitan, aprovechan para dar un paseo a camello o en calesa por este territorio de más de 6.000 hectáreas.
El Palmeral de Marrakech es uno de los más grandes del mundo, siendo hoy un punto muy importante en la ciudad por su atractivo turístico y una zona residencial con hoteles de lujo y villas vacacionales. Un contraste de un paisaje árido con la majestuosidad de las edificaciones y los campos de golf.
En la actualidad, el entorno de El Palmeral sigue sin considerarse un espacio protegido, aunque se habla regularmente de planes de mejora y reforestación de la zona. Pero, a pesar de la urbanización y la creciente visita de turismo, sigue siendo un lugar mítico en el que es fácil imaginar la historia de Marrakech.
Disfruta de las increíbles puestas del sol en este paisaje salvaje con las Montañas de Atlas dibujándose en el horizonte.
Cascadas de Ouzoud
Las Cascadas de Ouzoud son un conjunto de cascadas que caen sobre el desfiladero del río El-Abid en la provincia de Azilal. Hay 3 caídas diferentes y todas suman alrededor de 110 metros de altura, siendo la caída más larga la de 75 metros.
Todo el mundo está de acuerdo en que esta es la cascada más grande e impresionante de Marruecos, con tres secciones y un flujo masivo de agua prácticamente durante todo el año desde el río que recibe su nombre, lo que lo convierte en un impresionante y único espectáculo para los sentidos.
Desde un mirador cercano y a una buena altura, se puede empezar a disfrutar de la visita con una vista desde arriba y ver el lago en el que desembocan las cataratas y los acantilados de arcilla roja salpicados de musgo que lo rodean. También se puede visitar el parque que hay justo detrás de las cascadas, donde muchos locales disfrutan de la naturaleza y se relajan.
El camino a las cataratas solo es empinado en algunos puntos, rodeado siempre de exuberante vegetación, y es normal toparse con pastores con sus rebaños de ovejas. Pero, seguramente, los animales que más te llamen la atención sean los monos macacos de Berbería que deambulan libremente.
Cuando llegues a las cascadas, verás el lago en el que desembocan y los botes a lo largo de las orillas del agua. Puedes contratar un servicio de remero por 20 dirhams por persona. Es un paseo corto pero lleno de encanto. Otra opción, para los más aventureros, es darse un chapuzón.
Valle de Ourika
El Valle de Ourika es una pintoresca región de gargantas en las montañas de Alto Atlas, que recibe su nombre de los campos en terrazas que bordean el río. Es famoso por su belleza escénica y singular, su limpieza y aire fresco, que transmiten calma a pocos kilómetros de la ajetreada ciudad.
Su proximidad a Marrakech lo convierte en un destino popular para excursiones de un día, durante los meses de verano extremadamente calurosos. Una visita al valle de Ourika es una buena oportunidad para ver pueblos bereberes tradicionales de los siglos XVI y XVII.
Experiencias únicas con Buendía
De Marrakech al desiertoLos cuatro lugares principales de interés en el valle de Ourika son la estación de esquí de invierno de Oukaïmeden, que también es un buen sitio en el que practicar senderismo en primavera y verano; el pueblo ribereño de Setti Fatma, conocido por sus cascadas; Jbel Toubkal, con con más de 4.100 metros que lo hacen el pico más alto de las montañas del Atlas; y el pueblo de Asni con su intrigante Kasbah de paredes rojas y atractivos huertos.
Visitar el valle es también una oportunidad para ver a las mujeres locales produciendo aceite de argán y disfrutar de una comida tradicional bereber.
Montaña del Atlas
La cadena montañosa más grande del norte de África, la del Alto Atlas, tiene algunas de las regiones más bellas y fascinantes de Marruecos. Una barrera histórica y física entre las llanuras del norte del país y el presahara, con valles poblados por bereberes muy alejados de la vida urbana.
El área es el principal destino de trekking en el norte de África, tanto para excursionistas locales como para montañeros, quienes encuentran atractivas rutas con picos asombrosos y pasos trillados. A poca distancia del ajetreo y el bullicio de Marrakech se encuentra el Parque Nacional Toubkal, hogar del impresionante Jebel Toubkal, de más de 4.000 metros, y muchos pueblos que parecen estar atrapados en el tiempo y que conservan sus tradiciones y cultura. Además del pico más alto, junto a un guía se puede llegar a otras crestas y caseríos.
Las aldeas bereberes con techo de paja y pináculos remotos son uno de los mayores atractivos de las Montañas del Atlas, aunque no el único; el paisaje varía de una estación a otra: en invierno caen metros de nieve que conducen a los valles de los ríos a borbotones en primavera; el verano trae un sol abrasador, mientras que la luz del sol otoñal da vida a los marrones y rojos de los picos.