Fuimos en familia a visitar los campos de concentración, muy bien que incluyese el transporte ya que está bastante lejos de la ciudad, la mujer que nos acompaño en el bus, nos dio un buen contexto no solo con las normas del lugar, si no de la historia.
Cuando llegamos al aparcamiento, nos dividieron en dos grupos, y ya cada uno tenía a su guía, a nosotros nos tocó Óscar Crespo, un hombre, que supo explicarnos muy bien la historia, y no solo eso, si no que manejaba muy bien el silencio, no iba con prisas y daba tiempo a qué observáramos el entorno perfectamente. Todas las visitas estaban super bien organizadas, y aunque eran grupos notablemente numerosos, no hubo ningún tipo de problema.
El primer campo fue una cosa espantosa, no por la visita, si no por la historia del lugar, conocimos datos que antes no conocíamos, y todos fueron muy respetuosos. El lugar estaba en perfectas condiciones, y es muy fuerte visualmente por el contexto. Las fotos reales, y el entorno de ellas son idénticas a lo que ves.
En el segundo campo, había muchos restos, ya que los nazis lo aniquilaron antes de que diese tiempo a restaurarlo, pero la entrada y el lugar también eran impactantes.
Recomendaría realizar esta visita al menos una vez en la vida como digo nuestro guía Óscar, y el ser humano está condenado a repetir su historia si no la recuerdas.