Tour Nápoles subterránea

Bajo el ajetreo del centro histórico de Nápoles, a cuarenta metros de profundidad, se esconde un mundo silencioso que ha acompañado a la ciudad durante más de dos mil años. Los Sotterranei no son solo pasadizos excavados en la roca: son la otra cara de Nápoles, su raíz más viva.

La visita comienza en un antiguo hipogeo excavado en toba amarilla, la piedra volcánica con la que se construyó la ciudad. Al avanzar por sus estrechos corredores, uno siente que el tiempo ha quedado suspendido. Las paredes conservan rastros visibles de cada etapa: desde la fundación de Neápolis, en el siglo IV a. C., hasta los refugios utilizados durante la Segunda Guerra Mundial.

En la penumbra, aparecen detalles que conectan con quienes pasaron por aquí mucho antes que nosotros: un grafiti griego, una lámpara oxidada, una huella de agua sobre la roca. Hay que agacharse a veces para seguir avanzando, y ese gesto basta para sentir respeto por lo que hay debajo.

Uno de los momentos más inesperados llega al asomarse al antiguo teatro romano, escondido entre casas modernas. Sus restos emergen entre muros y patios, como si la historia aún respirara entre la vida cotidiana.

Cuando regresamos a la superficie, la ciudad parece la misma. Pero no lo es del todo. Porque ahora sabemos lo que hay debajo: capas de piedra, de voces, de huida y de refugio. Nápoles no solo se mira: se camina con cuidado.

Baja con nosotros. Pisa despacio. Y escucha lo que la ciudad guarda bajo sus pies.